Historia de la Hermandad de la Antigua
La Hermandad de Nuestra Señora de la Antigua y San Antonio de Padua fue fundada en 1.946 con el fin de socorrer materialmente a las comunidades de religiosas de clausura de cualquier Regla. Hasta hoy, la Hermandad se mantiene fiel a su carisma fundacional.
La Hermandad tiene su sede canónica en la Iglesia Colegial del Divino Salvador, donde, en altar contiguo a la entrada a la nave del Evangelio desde el Patio de los Naranjos, se venera el lienzo de Nuestra Señora de la Antigua, atribuido al notable pintor sevillano del siglo XVIII Juan Ruiz Soriano (*). Bajo el mismo, en una pequeña hornacina, se venera la imagen de San Antonio de Padua, cotitular dela Hermandad, obra del escultor Manuel Domínguez.
En la actualidad, la Hermandad, además de prestar ayuda material a las comunidades de religiosas de vida contemplativa, trabaja en fomentar el conocimiento de la riqueza espiritual y patrimonial de los Conventos y Monasterios sevillanos a través de la organización de actividades divulgativas.
La Hermandad viene organizando desde el año 2008 la celebración de Vía Crucis en los distintos Conventos y Monasterios de Clausura de la ciudad los viernes de Cuaresma. Tras el piadoso ejercicio del Vía Crucis, la Hermandad ofrece a los asistentes a los mismos una descripción histórico-artística del cenobio y realiza una colecta para ayudar a la comunidad en sus necesidades.
Un retablo con más de 300 años de historia y devoción mariana.
Autor: Atribuida a Juan Ruiz Soriano
Cronología: Primera mitad del siglo XVIII.
Materiales y técnica: Pintura al oleo sobre lienzo.
Dimensiones: 163 x 93 cm
Procede de un antiguo retablo callejero en la actual Calle Villegas, donde se rendía culto a un lienzo de la “…Virgen de la Antigua que tenía delante un farol con su lámpara de aceite”.
Más adelante con la reconstrucción del nuevo edificio este altar tabernáculo que cobijaba el lienzo de la imagen se trasladaría con toda probabilidad al patio de los Naranjos y ya en el inventario de 1701 se cita el mismo retablo
“…con puertas pintadas en rojo, donde está un cuadro pintado de Ntra. Sra. de la Antigua”. A principios del siglo XVIII pasó a la sacristía de los canónigos, dónde se revestían para celebrar misa y estuvo hasta 1726, fecha en la que fue colocada en el altar de San Miguel.
En el inventario de 1735 consta que estaba “muy vieja”, por lo tanto cabe situar en torno a esta fecha la remodelación aludida que corresponde a la conveniencia de una actualización icónica de mejor calidad, más acorde con el nuevo aspecto y llevada a cabo casi con toda probabilidad por el pintor Juan Ruiz Soriano cuyo arte deriva de Murillo y por ello en su producción pictórica se advierte un dibujo blando y amable.
La representación visible es seguidora iconográfica del conocido y devoto modelo de la Catedral de Sevilla, de la Virgen sienesa del siglo XIV, si bien en esta representación, está ausente el tercer ángel portador de la filacteria con la leyenda Ecce María Venit que figura en el original.
El lienzo fue restaurado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) con ocasión de la restauración integral de la Iglesia Colegial.
Texto extraído de la publicación del año 2007 de la Consejería de Cultura El Salvador en el IAPH. Redacción de NHD Gabriel Ferreras Romero. Historiador del Arte. Centro de Intervención del IAPH.
Los primeros pasos de la Hermandad de la Antigua y San Antonio de Padua.
Movido por la apremiante necesidad de auxiliar a los conventos de clausura, D.
Salvador Benítez y de Paz, congregó en 1941 un grupo de personas compuesto por familiares y amigos, así como de empleados de los almacenes de tejidos Benítez Hermanos, y de la compañía de seguros La Previsión Española, que aportaban una cuota periódica para ayudar a los conventos de clausura bajo el nombre de Grupo de Personas Piadosas.
Más adelante y hasta llegar al nombre que se asignó a la Hermandad, se pensó en el de Pía Unión de la Virgen del Amparo y Santo Tomás de Villanueva. Hay datos en 1944 de la Asociación de Ntra. Sra. del Socorro y San Antonio de Padua. En 1945 y 1946, se envía un esbozo de reglamento para una Hermandad al señor Cardenal, pero con el nombre de Asociación o Pía Unión de la Santísima Virgen María y San Antonio de Padua.
En los comienzos de 1946 ya había cierta actividad en la ayuda a los conventos pero aún no existía la Hermandad y tampoco figuraba la Virgen de la Antigua como titular. En la parroquia del Salvador incluso se barajó la posibilidad de que la Virgen de las Aguas fuera titular de la Hermandad, considerándose como motivo desfavorable la posibilidad de restablecer la procesión que en otros tiempos se venía celebrando, y que restaría medios y esfuerzos al fin caritativo en el que ya se estaba trabajando y se pretendía institucionalizar. Se cambió la posibilidad de tener un retablo majestuoso, escogiendo uno pequeño, con cierto grado de abandono y situado junto a la puerta lateral del templo en el que había un lienzo que representaba a la Virgen de la Antigua y a la que se daría culto sin necesidad de organizar procesión. Y es entonces cuando aparece por primera vez escrito en el borrador de las Reglas el título de Virgen María de la Antigua y San Antonio de Padua.
Fechas más relevantes de nuestra Hermandad de la Antigua y San Antonio de Padua.
– En 1967 fue bendecida la imagen de San Antonio de Padua, por don José Antonio Infantes Florido, cura párroco del Divino Salvador y posteriormente obispo de Canarias y después de Córdoba. La imagen fue tallada por Manuel Domínguez que también realizó la corona, potencias y azucena de plata.
– En noviembre de 1979 y teniendo en cuenta el Cincuentenario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Antigua, se editó el primer número de la publicación Vida Contemplativa. Una publicación útil y de bastante aceptación, que sirvió de ayuda a los conventos de clausura. También favoreció al conocimiento de la Hermandad.
– En 1989 tuvo lugar la bendición de un local para Casa de Hermandad en la calle Monardes.
– En 1996 se celebró el Cincuentenario de la Fundación de la Hermandad. Con este motivo dio comienzo la edición de la hoja ‘Santa María de la Antigua’ como órgano de comunicación de la Hermandad con los hermanos.
– Entre 1998 y 2004, se procedió al cambio de la instalación eléctrica del retablo proyectándose además la restauración del mismo en diversas fases. Se realizó sin coste para la Hermandad y mediante la firma de un convenio, el tallado y dorado de la hornacina de San Antonio. Anteriormente solo existía el espacio.
– En el año 2004 se produjo el cierre de la parroquia del Divino Salvador que
permaneció cerrada hasta el año 2008. La Hermandad se trasladó a la iglesia de San Alberto, donde tuvimos una buena acogida, celebrándose la primera misa el 11 de junio de 2004. La Hermandad debe estar siempre agradecida a la comunidad del Oratorio de San Felipe Neri y especialmente al P. Pedro Fernández de la Cuesta, que nos acogió con generosidad, sin poner dificultades y ofreciendo colaboración en todo momento.
– En el año 2006 se adoptó como medalla identificativa de la Hermandad, la del Congreso Mariano Hispano Americano que representa a la Virgen de la Antigua.
– En el año 2008 se inició la celebración de Vía Crucis en conventos de clausura durante el tiempo de Cuaresma.
– Durante el año 2015, se adoptó como canto o himno propio de la Hermandad el ‘Salve, Madre, en la tierra de tus amores’ que fue el del Congreso Mariano Hispano Americano de 1929.
– En la Cuaresma del año 2018 comienza la campaña “Endulza tu papeleta” consistente en llevar a las casas de hermandades, diferentes dulces conventuales para realizar su venta.
– El 13 de marzo del año 2020 se suspende en el convento de las Salesas en tercer Vía Crucis de Cuaresma debido a una pandemia mundial, que provoca el confinamiento de toda la población.
– En el año 2021, en la celebración del tercer Vía Crucis se retrasmite en directo a través del recién estrenado canal de YOU TUBE.
– El 07 de octubre del mismo año queda inaugurada la exposición “En Clausura” con motivo del 75 Aniversario de la fundación de la Hermandad y para mostrar a los visitantes la vida de un convento.